Vacaciones: ¿conectados o desconectados?
En vacaciones, desconéctate si quieres…
Llevo semanas leyendo y viendo videos en las redes sobre cómo nos “debemos” desconectar de las pantallas durante las vacaciones. Mucha paranoia sobre cómo los videojuegos y las tabletas son el enemigo a vencer para que niños y jóvenes no “pierdan el tiempo” o se vuelvan adictos. Y luego de generar miedo, entra el Marketing: “para evitar que tu hijo esté con las tabletas yo te ofrezco este juguete o este curso o este lugar aislado del mundo sin conexión alguna a internet”.
No estoy en contra de los campamentos, cursos de verano o los jugueticos para llevar fuera de casa, de hecho, me parece una excelente opción para los niños y adolescentes que les gustan y sus familias pueden pagarlos. Además de los múltiples beneficios de convivir con otras personas, aprender nuevas actividades, exponerlos a diferentes experiencias para ganar confianza en sí mismos, ayuda mucho a los padres a estructurar el tiempo de las vacaciones. Pero esto no quiere decir que aquellas familias que por diferentes razones no puedan o quieran inscribir a sus hijos en estas opciones estén destinadas al fracaso. Como les cuento en mi libro Crecer entre pantallas: la tecnología no es una bacteria de la cual hay que huir o esconderse. La tecnología es una herramienta y nuestra labor es acompañarlos a desarrollar las habilidades para vivir con ella de una forma armoniosa, equilibrada y responsable.
Con las pantallas durante el verano, nuestros hijos pueden aprender cosas que son de su interés, mantenerse informados sobre lo que sucede en el mundo, estar conectados y comunicándose con sus amigos del colegio y con los que han conocido durante las vacaciones. También comunicarse con sus familias si es que fueron a pasar las vacaciones en otro lugar. Pueden ver críticas, chistes y opiniones sobre las películas que son tendencia este verano como Barbie u Oppenheimer. Es posible jugar y entretenerse mientras socializan en línea, o escuchar música o leer libros.
Claro que hasta a mi me genera un ataque de caspa imaginarme a mis hijos casi tres meses viendo el celular o su tableta a pesar de que estén haciendo cualquiera de las actividades mencionadas arriba. Las pantallas, a pesar de ser multifuncionales tienen sus limitaciones. Por eso la importancia de exponer a niños y adolescentes a diversas experiencias dentro y fuera de ellas. Entonces ¿cómo vivir un verano de forma equilibrada y armoniosa con la tecnología? Para mi la clave está en la planificación. Aquí te dejo una lista de actividades para lograrlo:
· Crea junto a tus hijos, una lista de actividades que les gustaría hacer durante las vacaciones.
· Clasifica esa lista en tres categorías: con pantallas, sin pantallas o mixta. Hay familias que les ayuda poner al lado de cada actividad los beneficios que le aporta tanto al niño o adolescente como a la familia. Por ejemplo: Jugar videojuegos por las tardes (columna con pantallas) y al lado como beneficios: interacción con amigos, trabajo en equipo, entretenimiento y poder tomar mis clases de Maestría en línea mientras juega.
· Decidan cuáles de esas actividades son financieramente posibles para la familia.
· En el caso de que tu trabajo te impida realizar algunas de estas actividades con tus hijos, pregunta a familiares y/o amigos cercanos de confianza si cuentan con la disponibilidad para apoyarte en algunos días de las vacaciones.
· Crea un calendario que muestre todas las actividades que han elegido. Eso te permitirá ver que tan armonioso y equilibrado están quedando las vacaciones y si es necesario ajustar algo.
· Establezcan juntos las reglas y límites que van a permitir vivir estas vacaciones con menos conflictos. Por ejemplo: ¿cambiarán los horarios de uso de tecnología?, ¿podrán usarlos hasta más tarde durante las vacaciones?, ¿debe ocurrir ciertas obligaciones como bañarse, desayunar, ordenar su cuarto, colaborar con algo de la casa antes de usar los videojuegos?
En lo personal, me he planteado el objetivo de, no necesitar que a mi familia le quiten el acceso a internet para poder descansar, vivir el momento, apreciar el ahora y convivir entre nosotros. Estas vacaciones nos brindan la oportunidad de enseñarlos y apoyarles a desarrollar esa relación sana y armoniosa con estas herramientas que formarán parte de su vida.